martes, 7 de septiembre de 2021

 No existe invento mejor que la danza para todo tipo de dilema. Un lindo bailecito antes de dormir, después de comer, vuelta a la manzana con perrito y cumbia barrial, luego rumba y cepillado dental, o caminata ya más larga con firulete, giro vertebral y adiosnorecuerdotunombre, deditos que persiguen un compás imaginario, un traslado de peso para subir al 22, cadera presente, hombros presentes, tendones presentes, salto modesto, doña que disimula hasta la rodilla su contagio, carnecitas que se alargan, barriga sueltita, en cambio corazón entallado, nervio refucila en un empeine, contractura cervical que retrocede, cruje un hueso y retumba todo lo esquelético, endorfina santa y gloriosa invade torrente, entran las músicas invitadas, un carreteo y ya estamos en el aire dice una azafata.
Pegar la vuelta riendo sola y con la remera totalmente mojada, es decir por este cuerpo pasó una danza, acabo de salir de un aeropuerto... El equipaje es un cansancio liviano...
Es que la risa final, solitaria, bien vivida también es una ronda feliz, un giro en la comisura.
Así es bailar en el litoral.

Hoy anduve mucho en la calle mordiendo risas. En la boca fraguan felicidades que ya empiezan a escalar la curva de la lengua y curan las encías. Tengo felicidades entre dientes y trato de no estropearlas con mis filos. Los milagros que no puedo explicar me ocurren breves pero iluminados. Así nacen las palabras, primero picando el paladar. Pongo el deseo en toda el agua que bebo. Riego mi felicidad obrera, por eso los labios se me embarran y no importa. Trago y dejo que corra lo dulce para adentro. Pienso que viajo en surcos y que el aire está lleno de menta y citrus. Tramo jardines. Voy en una sola carcajada que me escupe en la vereda de casa. He partido un calambre y estoy conforme. Soplé y sudé las humedades que ya no necesito. Me puse a salvo arriba del latido. Por hoy está bien así. Entró la noche en los últimos días del verano, al fin. Voy contenta a esa fiesta, me puse mis zapatitos coquetos. Allí suelto lo que me había llevado a la boca. Convido y disfruto. Hoy es así y está bien. Tengo alegrías y buenas razones.


Canto grillo

Revolver el ropero
localizar la camperita salvadora siempre mal doblada, y así
entre pliegues
recibir la noche que no se parece a febrero;
una noche por fuera de temporada
un saldo glorioso
carnaval térmico
Esa forma de no correspondencia
se antoja de nosotros
sin avisar
Refresco nocturno
para meter las patitas en la pelopincho
hasta el relieve de las rodillas
y hacer un silencio capullo
en los patios interiores que
a veces
compartimos;
localizar el perfume y anudarlo con
los últimos registros,
la mitad de una risa,
hasta que pasan los cometas y
nosotros con esa facha:
encamperados hasta la cintura
pero desnudos en el agua
El sereno moja el pasto
y las migas de vos
de mi
de la cena
de los veranos donde -por fin-
se apaga lento el ardor
pero viven mucho los grillos
La noche blue
y la sorpresa del frío como
si me dieran el postre en la boca como
si me dieran la intemperie en la boca
y dormir sin el venti
con la ventana abierta
sobre un mantra de canto grillo.

jueves, 7 de enero de 2021

 mal sueño

el temblor que no llegamos a morder
la cornisa donde sujetamos el cuero
sostenidos con un dedito que duele todo lo posible de doler
y nos soltamos 
esa distancia lenta 
donde nunca estrellamos con todas las letras
en definitiva
                    lo que no pasa
ese diablo fulero 
sacado de una mala película de la infancia
el secreto que casi casi 
un amor que deja que veas pero nunca confiesa que ya no le queda el amor adentro para nosotros
como un ruidito a bomba 
la foto de una espalda borrosa que se aleja siempre perdiéndose 
contra el pliegue de los párpados cerrados

todo lo que se queda 
abrojado a las sábanas mentales
cosas que pinchan lo despierto
dejame pasar la mano por lo áspero
sostener 
la piel contra el fuego
contra el miedo
el agarre al mundo puede ser un beso
un pellizco
una forma de arañar 

dejame poner la mano de nuevo
sentir la rugosidad en la cicatriz que queda