Hoy anduve mucho en la calle mordiendo risas. En la boca fraguan felicidades que ya empiezan a escalar la curva de la lengua y curan las encías. Tengo felicidades entre dientes y trato de no estropearlas con mis filos. Los milagros que no puedo explicar me ocurren breves pero iluminados. Así nacen las palabras, primero picando el paladar. Pongo el deseo en toda el agua que bebo. Riego mi felicidad obrera, por eso los labios se me embarran y no importa. Trago y dejo que corra lo dulce para adentro. Pienso que viajo en surcos y que el aire está lleno de menta y citrus. Tramo jardines. Voy en una sola carcajada que me escupe en la vereda de casa. He partido un calambre y estoy conforme. Soplé y sudé las humedades que ya no necesito. Me puse a salvo arriba del latido. Por hoy está bien así. Entró la noche en los últimos días del verano, al fin. Voy contenta a esa fiesta, me puse mis zapatitos coquetos. Allí suelto lo que me había llevado a la boca. Convido y disfruto. Hoy es así y está bien. Tengo alegrías y buenas razones.
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