sábado, 27 de abril de 2013



Necesito escribir para exorcizar el dolor;
y convencerme que después del tajo
sigo siendo yo
y sigo estando acá;
que la tristeza no me ha arrancado ningún pedazo.
Escribir es estar a salvo.

sábado, 13 de abril de 2013


Volver al papel
tocando el silencio
que abre la carne en mitades desparejas.
                                                     
                                               Conjugar el sitio precario de la certeza.


                                                                              [Restos olvidados-2008]

viernes, 5 de abril de 2013

Debajo de abril, en mi comarca,
refriego el tango que quedó detrás de algunos objetos donde antes había un libro
o un abrigo con papelitos en los bolsillos
                             -versos sueltos.
Tenía una extraña manía por escribir mensajes para el futuro.
Eso hacía al final de las temporadas,
ensayaba secretos o confesiones que ocurrían en el lenguaje.
Ahora intento acostumbrarme a esas sombras vencidas que 
de a poco 
corren como el agua.

[Tengo en la memoria una foto riendo, 
y era septiembre,
mientras hacíamos nuditos en el río.]

Ahora también hay tango y hay río,
animales de piano que amo a veces
                               -brevemente.

Hoy escribo sobre mis costas, 
pero lo otro siempre está,
siempre es paisaje 
sobre el que anoto las fiebres nuevas.

Hoy soy tierra que habita sobre el agua

en un mapa a punto de dibujarse.

martes, 2 de abril de 2013


Pablo dijo que me quedara adentro hasta que tuviera ganas de salir.
Que mirara el péndulo, y que a su vuelta, haga fuerza para detenerlo en el centro.
Pablo dijo que tenía mucho río por llorar, pero que desestimara la idea de vivir llorando.
Que sea sincera, dijo.
Que buscara la libertad, dijo.
Que leyera a Whitman, dijo.
Que reconociera los olores de las otras que estuvieron antes, dijo.
Que bajara a lo profundo, dijo.
Que no juzgara, dijo.
Que lo opuesto del amor no es el odio, sino el poder, eso dijo.

Pablo se sienta en una nube y me hace dibujitos en el cielo, me acomoda las tormentas, me habla desde el tiempo.  El cuelga sus corbatas en la noche para que lo vea listo para conversar, entonces yo dejo de preocuparme por dar pie y me cuelgo de los balcones. Me sopla la tristeza con su molino de vida, pone música en mi herida.

Pablo siempre me hace reír.