La dimensiones del amor, los
contornos, las zonas grises, la desembocadura, los recuerdos. Las proporciones
y las cantidades del amor. La maduración del amor. El amador y los trenes que
no dejan nunca de pasar. La paz y el amor. La turbulencia y ese salir ilesos.
Los fracasos. Las palabras que no serán nunca dichas, y las que se dicen
después de mucho tiempo. Las sorpresas. Los llantitos -y los estrafalarios
intentos de ocultarlos-. La verdad, tan cerca de la mano. Lo auténtico, lo
legítimo. Lo que pudimos hacer y lo que se nos escapó. El gracias y los suspiros. El alivio. El corazón latiendo hasta
desarmarse en gotas de agua. Las fotos. La división de encantadores momentos.
La repartija de hazañas y proyectos. Las risas con eco. Las cosquillas. La
mitad de mi piel y la mitad de tu piel. La casa, la mascota, las vacaciones -y
los suvenires de las vacaciones-. Los abrazos, las caricias, los silencios. Los
silencios que duran vidas. Los silencios que duran siempre. Los silencios
que se rompen. El género documental. Las peleas domésticas. Las idealizaciones,
las decepciones, lo real y lo posible. El
vino tinto y los camarones con ajo. La música con la que se inventa la danza
de amar. El día que se parte de tristeza. El oficio de la soledad. La macana. El
berrinche. El interrogante y la barranca.
El amor certeza y certidumbre. El
amor con su verdad inexorable. El amor que elige. Que te elige. Que te
sorprende. Que te sana.
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