acudís a mi nombre
te queda lindo en la boca
sobre todo la ese,
la e...
me llamás con todos los acordes de la noche
descorrés mis breteles como si fueras abrir una ventana que
da a mis huesos
balconeás con mi sombra
después lo hacés
sin vergüenza, con
apetito
acomodás mis secretos en lugares livianos
me mirás la intemperie y me decís que me estás viendo
abandonar la última piel, que no me ponga nerviosa
yo hago todo lo contrario
desnuda sobre el vértigo
no me lo creo
respiro cortito
vuelvo a maldecirme
grito por los ojos, por las manos
vos me atajás en lo oscuro
me capturás como para una foto
me quedo como un pajarito contando tus costillas
y te clavo la risa sobre el cuero de manera involuntaria
bucles negros se amarran en tus manos
como algas de felicidad trepando el agua
repetís mis apodos
confiás en la catarata de las sábanas
me invitás a navegar
no me soltás de la alegría hasta que amanece
había olvidado que estabas en silencio
ahora me bautizás nuevamente
me estás convidando el latido
y quedamos en llamarnos
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