domingo, 1 de marzo de 2015

Lo mejor de todo esto es que llueve, que es de siesta, que la fresca trajo palabras, que afuera la gente sale de la oficina y se saluda hasta el lunes. Lo mejor de todo esto es que los obreros de la construcción están mirando la lluvia en la ventana de un edificio que remodelan en el centro, y también sueltan suspiros, y qué están como para sacarles una foto. Y yo que pienso en los overoles… Pienso en los obreros de la construcción y en que mi amiga Sara está convencida de que cuando trabajan en realidad están bailando. A mí me gusta mirarlos cuando ellos miran la lluvia. Lo mejor de todo esto es que pienso en mi amigo Marcos, que saca unas fotos hermosas, y automáticamente pienso en la baldosa que me mojó hasta la rodilla y que no llevo paraguas. Lo mejor de todo esto es que la mañana fue hermosa, que cuando venía llegando un poco tarde al trabajo me llené la mirada de nubes cargadas de agua, y que me gustan los colores que toma la ciudad cuando viene la tormenta. Lo mejor es que  cuando está nublado las fotos son hermosas, y que mi amigo tomaría la mejor foto si ahora mismo pudiera ver a los obreros mirar la lluvia y bailar… Pero las miradas son aún más nítidas y concretas, las de la gente desconocida, la del chico que me crucé en la vereda del correo -por ejemplo- que era guapísimo. Me gusta decir “guapísimo”. Lo mejor de todo esto es que volví a casa con la certeza de que la ropa tendida en la mañana estaba empapada, y bueno… Lo mejor es que, salvo el empleado de la inmobiliaria, hoy el mundo fue menos antipático. Lo mejor de todo esto es que pienso en la lluvia […]

No hay comentarios:

Publicar un comentario