viernes, 8 de marzo de 2013


Despertase temblando de miedo, frente al espanto, y escabullirse en las sábanas sangrando.
Despertarse temblando de miedo en medio de la noche que te sopla azules por el pelo y te echa a andar por la espalda una muerte de agua.
Despertarse amputada, hipotérmica y con fiebre, temblando de miedo.
Despertarse sin la piel, que es peor que estar desnuda sobre el hielo.
Despertarse doliendo a las tres de la madrugada, a la hora que entra el ángel de fuego a clavarnos recuerdos en la garganta. Allí, a solas y en silencio, despertarse… temblando de miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario