sábado, 30 de mayo de 2015

Pellizcos II
Había desarmado los últimos pellizcos de la ternura sobre el cuero de la city
y le dieron ganas de llover.
Entonces, la humedad rompió las ventanas,
entró a empujones en una casa donde estaba yo intentando ensayar algo sobre el teclado,
algo que merezca ser dicho, algo...

Anoche llovió como una niña.

Texto: Hoy todas las calles amanecieron mojadas. Fin

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