viernes, 5 de junio de 2015

Hombrecito encendido
sale a la música,
agita sus banderitas al otoño, a la vereda.
Baila,
y vuelve a bailar.
Sus fronteras frutales son endémicas, tiernas, dulces.
[Ahorita tengo el paladar lleno de esquinas y sabores]
Hombrecito abocado a la tarea de alumbrar la casa,
disponerla para el encanto...
En las inmediaciones de la alegría,
los amigos de lo humano acuden al timbre,
saltan tres escalones en la risa,
atraviesan un zaguán azul y celebran lo reunido.
[Girando estoy en ese mapa de luz]
Hombrecito encendido
-suelto y feliz -
inaugura fiesta en la comarca y convida.

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