La bufanda le cubría la cara
lunar recién ardida. Qué lindo invierno. Pensó en ese costado que queda a la
intemperie y como la piel se le esmerila. Calor encerrado en la boca, como secretos;
podría dibujarlos contra el frío y no morir. Le buscó marcas de incendios.
Todavía tenía palabras en el territorio desnudo y un balde con arena. Recordaba
sombras de su cuerpo andando por la casa imitando las pausas de la noche. Se
quedó en el trapecio perfecto, colgando de un abrazo.
jueves, 30 de junio de 2016
martes, 28 de junio de 2016
hace frío en todas partes, menos en el bolsillo
donde fuiste a esconder la mano robada
mi pequeña mano helada no ha vuelto del refugio de aquel
abrigo, y estamos a viernes
no estoy preocupada, ya sé que querías repararla
no he podido escribir nada desde hace unos días
vos sabés, mi otra mano no escribe, baila.
cuando me la devuelvas le quitaré el guante para celebrar
los dedos nuevos
y allí mismo darte las gracias por lo saludable
con el dibujo de mensajes en las vidrieras empañadas del centro
a saber: soy la izquierda, llevame.
viernes, 25 de marzo de 2016
te miran el ojo mirador; en ese
Otro o instante ya no se retrocede; alguien inventa -te inventa- pestañas y
señales
este ojo izquierdo da discursos,
cada tanto una verdad en primerísima primera plana; escribe las paredes; araña
la luna; toca los timbres de los vecinos y tira palabras por debajo de las
puertas; abre preguntas o paréntesis entre los cíclopes; y también sale
corriendo con las pupilas en los bolsillos y el agua. cosas que aprendí viendo
mirar
para el ejercicio, el mirante
juntó ojos anteriores, y los tuyos; y resultó esto: un lenguaje que se practica
con la distancia, ensayando el punto de vista o la intuición, como saber que
viniste a la fiesta y por fin encontrarte allí con tus dos ojos
el ojo del espejo es casi un
contraojo; o capricho; como este ojo que nunca aprende, que siempre anda metido
en ojo ajeno
me gusta saber que cuando me veo
en lo mirado me recupero de cualquier peste y puedo volver ilesa al paisaje,
sentir un olor, viento, pedacitos de alegría
eso debe ser la felicidad: ver el
reflejo y -a veces- mirar la misma cosa
jueves, 3 de marzo de 2016
Superhéroe
Otra vez en la calle. La prisa. En encendí el teléfono: tres
llamadas perdidas. Era por trabajo. En el semáforo siempre la misma historia,
mirar lejos-elnomirar-, y poner cara de estar pensando cosas
importantes. "Estoy demorada. Varias cuadras. Dejame abierta la reja.
Entro"- contesté mensajes. Y, cuando marchaba por la Alameda en bajada
esquivando viejas, me lo encuentro. Era Batman, en 60 centímetros. Con capa,
con antifaz. Decidido, me frenó con su manito libre. Cerró mi paso. Cortó el
impulso, mi apuro, las preocupaciones. Desbarató la lista mental de los temas
de la reunión. Me obligó a inspeccionar un objeto.
--"Mirá, te quiero mostrar el camión verde que me
regaló mi papá. Es nuevo. Antes tenía otro, también verde, pero más
chiquitito".
--Me gusta. Y, ¿anda rápido?- le pregunté.
Madre de Batman: --"Rafael, dejá tranquila a la
chica".
--"Pero mamá, es..."
Avancé algunos metros soltando la risa, cuando descubrí el
"Chau, Chau, Chau" a grito limpio, desde el colectivo.
Aquí está,
recién aterrizando: naranja o rojo;
haciéndose notar con su conducta caprichosa.
Se repite, se copia a sí mismo. Y lo adivino otra vez.
Tengo algunas hipótesis sobre su nombre de pila,
linaje,
el numeral de su puerta;
pero nunca llamo, salvo que encía, que pinche, que lucha,
que llueva.
Reconozco su trazo cuando anda cerca
porque deja miguitas sobre los surcos o mis veredas;
es predecible, y aún así, inocente.
Si lo nombro -ese vértigo-
cae un trueno y tiembla la antena municipal.
Aquí está,
habitando los pliegues:
casa, libro, acantilado, cucharitas...
Real como el clima o el tiempo.
[¿Tiempo dije? Ahora me vengo a dar cuenta de mis
incorrecciones. Corten]
Decía... su naturaleza de nudo,
su forma cíclope de enroscarse bajo la lengua,
de aguar lagrimales, dinamita las represas
y es una fiesta toda el mineral.
Aquí está: intacto, nadando.
Ya no lo combato.
Lo dejo venir o estar un rato, depende el día.
[El tiempo no cuenta, canté]
Hago que ocurra su lugarcito en la terraza para ver tajos en
la noche;
conversar -apenas- sobre el derrame de los detalles que nos
importan.
viernes, 5 de febrero de 2016
vuelve a la casa con lo urgente
en ese papelito imaginario, como de servilleta, así de arrugado con humedad de
ciudad. apenas algunos ensayos a mano alzada, textos con tachones: escribe y
borra sin conformarse. camina rápido porque en la calle corre el riesgo de
deshabitarse. peligro es dejar las pestañas en la vereda, quedar desarmada en
pleno mediodía.
decía: vuelve rápido a la casa
para diseñar alguna estrategia de razonamiento; tirar allí la mirada más que los
ojos; describir esa sensación de no tener huesos; intentar un registro del
encuentro para quitarse el filo de la garganta. el mismo plan. [conjurar o fundar
o sanar]
aún en el refugio se le da por
doler; resulta que al dolor no le importa que sea día hábil. el cuero continúa ardido
por la luz de la jornada. las verdades se traslucen debajo de la ropa; las rajaduras
no se evitan ni con equilibrio, ni con contorsionismo, ni con ficciones. llegan-
llagan-lloran así.
decía: la crónica de la
entrevista con el incendio salta sobre los renglones. muy pretencioso para ser
martes. todo un imposible. decir, apenas; y el vértigo. [¿blanco?]
la sorpresa es que ya algunas cosas
no pueden tener su casa de letras, su destino de ladrillo, son intransferibles
por más prisa que...se le mueren entre los dedos, sin la justicia de la tinta, sin
responso, sin despedirse de nadie, sin notas para el juez; y ella se queda en la
pausa trampa que dura varias horas del día. [pausa][¿blanco?][tic, tac]
las pausas sin suspenso no sirven
ni para el cine, pensó. macana. abrió la heladera para seguir haciendo
filosofía. aquello no era un problema de vocabulario.
quería decir algo... y conquistó
la nada con todo lo de adentro intacto.
[timbre]
domingo, 24 de enero de 2016
viaje urgente hasta el ombligo del agua.
el satélite flota solito en lo escuro;
punto brillante que conversa con la noche: la estira como le
da la gana.
la aventura es tirar los ojos fuera del bote para mirarla
mejor,
volcar el pelo sobre la ruta navegable de la noche
y ver como se trepan los peces.
entonces el cuerpo es un capricho que baila
por un bocadito de esa luna.
menguar y cuartocrecer en ese barniz de luz;
estar llenos y nuevos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)